La construcción de una marca fuerte es fundamental para la supervivencia en el mercado competitivo actual. Una marca es mucho más que un producto servicio que satisface una necesidad del consumidor. La neurociencia ya ha demostrado que el consumidor escoge una marca no solo por sus características funcionales sino, sobre todo y especialmente, por que satisface sus necesidades de identidad y emocionales. Por lo tanto, la creación de un vínculo emocional es básico para una marca que quiere sobrevivir en el tiempo.
El branding se refiere a todas aquellas acciones y estrategias destinadas a crear, fortalecer y posicionar una marca en la mente de los consumidores. Uno de los canales más efectivos para llevar a cabo esta tarea es a través de la organización y participación en eventos.
Los eventos ofrecen una plataforma única para transmitir los valores y personalidad de una marca de una manera tangible y experiencial. A diferencia de otras formas de marketing, los eventos permiten una interacción directa con el público objetivo, creando conexiones emocionales y dejando una impresión duradera. Al combinar elementos visuales, auditivos y sensoriales, los eventos brindan una oportunidad para contar historias y transmitir mensajes de manera creativa, lo que contribuye a la construcción de la identidad de marca.
La consistencia y coherencia son claves para construir esta identidad de marca.
Coherencia, porque los mensajes que le llegan al consumidor que asiste a un evento y los que le llegan por otros puntos de contacto como puede ser la comunicación on y offline o la propia experiencia de compra o uso del servicio deben estar alineados para crear esta imagen sólida en la mente de consumidor.
Por otro lado, es clave asegurar la consistencia entre los distintos elementos en los que se sustenta una acción. Por ejemplo, en un evento, desde la decoración hasta los materiales promocionales, debe estar alineados con la identidad de marca y transmitir una imagen consistente. No nos referimos solo a los elementos visuales, para conseguir una experiencia consistente son muchos los elementos a tener en cuenta. Por ejemplo, es importante decidir el tono de la propia invitación, el tipo de participación que se propone a los asistentes, incluso el propio mobiliario a utilizar, porque todo ello invita a un tipo de experiencia u otra. Y todo ello debe ser reconocible y contribuir a representar la esencia de la marca.
Los eventos ofrecen pues la oportunidad de comunicar los valores y la personalidad de la marca a través de la interacción con el público. Los representantes de la marca que participan en el evento pueden transmitir los mensajes clave pero estos valores deben vivirse también durante el evento. Esto crea una sensación de autenticidad y permite que los valores de la marca se perciban de manera más profunda. Por ejemplo, una empresa que se destaque por su compromiso con la sostenibilidad no puede organizar un evento que no respete este compromiso en todos los aspectos, desde los más visibles como el uso de material reciclable en la decoración por ejemplo hasta los pequeños detalles como el uso de vasos de cartón o crista en lugar de plástico.
Además de conseguir fijar una identidad de marca en la audiencia, los eventos también ofrecen una oportunidad única para generar experiencias memorables creando momentos impactantes y sorprendentes. Estas experiencias memorables generan además conversaciones y promueven el boca a boca positivo, amplificando el alcance y la visibilidad de la marca.
En resumen, la relación entre el branding y los eventos es crucial para la construcción de una identidad de marca sólida y exitosa. Los eventos ofrecen una plataforma única para transmitir los valores, la personalidad y la historia de una marca de una manera tangible y experiencial. A través de la coherencia visual, la interacción con el público y la creación de experiencias memorables, los eventos se convierten en herramientas poderosas para fortalecer la identidad de marca y generar conexiones emocionales con los consumidores. Ya sea participando en eventos existentes o creando eventos propios, las marcas pueden aprovechar el poder de los eventos para diferenciarse en un mercado competitivo y construir relaciones duraderas con su público objetivo.